Betanzos, Paseo Fluvial en Betanzos

pepeviajero dijo

La ría de Betanzos es una ría gallega, una de las doce que conforman las Rías Altas gallegas, y una de las cuatro que forman el golfo Ártabro. Se encuentra en el norte de la provincia de La Coruña, y baña los municipios de Sada, Bergondo, Betanzos, Paderne, Miño y Puentedeume.
La ría nace en la ciudad de Betanzos, como consecuencia de la desembocadura conjunta de los ríos Mendo y Mandeo. Discurre entre marismas y juncales durante unos ocho kilómetros, para ampliarse notablemente a partir de entonces, y acabar uniéndose a la Ría de Ares en el cabo conocido como Punta Carboeira. Además de los mencionados ríos, desembocan en sus aguas el Lambre y el Baxoi, ambos por su margen derecha.
Duramente castigada por las mareas negras provocadas por los petroleros Urquiola (1975) y Mar Egeo (1992), ambos siniestrados en el vecino puerto de La Coruña, la ría lucha por recuperar la riqueza marisquera que antaño la caracterizaba. Cuenta con algunas de las mejores playas de Galicia, destacando especialmente la de Perbes y la Playa Grande, en el ayuntamiento de Miño, y la de Gandarío, en el término municipal Bergondo.
Si bien en la antigüedad fue navegable en toda su extensión, los sedimentos depositados en sus fondos y riberas fueron reduciendo ostensiblemente su calado, hasta permitir la navegación únicamente en su tramo final. No obstante, esta circunstancia ha permitido la construcción de tres puentes sobre sus aguas: uno de ferrocarril y dos viaductos, que permiten acortar el trayecto que separa La Coruña de Ferrol.
Esta condición ha permitido, sin embargo, su catalogación como espacio natural protegido dentro de la Red Natura 2000 impulsada por la Unión Europea dentro del conjunto Betanzos-Río Mandeo. Así, la ría de Betanzos se consagra como un Lugar de Importancia Comunitaria debido a su riqueza faunística típica de un espacio intermareal.

Stabri Twin 15 dijo

Hola, soy el Stabri Twin número 15 y este es mi primer rincón, así que... voy a hacerlo desde mi campamento base, y así me voy familiarizando un poco más con él antes de lanzarme al mundo!

Mi campamento, claro está, es el pueblo de mi familia portadora: Betanzos, la legendaria ciudad de los caballeros!!!

Caballeros de aquellos no quedan, pero sí quedan numerosos vestigios que recuerdan un esplendoroso pasado medieval, en el que Betanzos incluso llegó a ser una de las capitales del Reino de Galicia, casi nada.

De hecho, a principios de julio se celebra en este pueblo una Feria Franca Medieval, en la que se recuerdan aquellos años tan dorados por el resplandor de los maravedís, como oscuros por los conjuros de los brujos. Por cierto, espero subir en su día el rinconcito correspondiente para teletransportarnos a ese pasado tan curioso.

Uno de mis primeros paseos por Betanzos fue a orillas del río Mandeo, que riega gran parte de la ciudad hasta fundirse con el Mendo.

Desde el Puente Viejo y la Plaza de Enrique IV (Eira Vella), hasta el Paseo de La Galera, pasando por el Puerto, en el que comienza la Ría de Betanzos, y el Parque Pablo Iglesias. Un paseo de unos 30 minutos en el que, con suerte, pueden verse garzas, patos e incluso alguna nutria (esto último con muuuucha suerte).

Pero sobre todo lo que se ven son barcas, algunas de ellas míticas, como la Canfurneira -ahora llamada Betanzos- (de dibujos psicodélicos), que durante el mes de agosto suben y bajan el Mandeo hasta el campo de Os Caneiros, en la famosa gira o romería fluvial que recibe su mismo nombre (toda una fiesta para celebrar los excedentes de la producción de vino, ejem). El comienzo y el final de esa romería es precisamente el Puente Viejo, que también se convierte en escenario de fuegos artificiales y acuáticos en esas noches del 18 y 25 de agosto.

También es habitual durante este paseo sorprenderse por los saltos de los peces en plena caza de insectos sobre el río, que dejan a su paso grandes ondas que parecen formar remolinos.

Siguiendo el paseo nos encontramos con un gran Puente de Madera que cruza el río, pero que hoy en día espera una merecida restauración.

Y más puentes, el de la vía del tren, como si fuese el telón de la Ría de Betanzos, que comienza justo detrás, con sus fiorditos, sus marismas y sus aves marismeñas, jejeje.

El Puerto y su embarcadero también ofrecen un buen paseíto al lado de barcas y barcazas. Pero si las cabras tiran al monte, justo al lado está el Parque Pablo Iglesias, con muchos árboles interesantes y jardines en los que tirarse a descansar.

Y ya terminando este paseíto, otro puente, el Puente Nuevo, que da paso al Paseo de La Galera, donde terminamos este rinconcito, rodeados de hórreos de colores y vegetación fluvial ;)