El Hotel Doña Blanca está muy bien situado junto a la Oficina de Turismo, el ambulatorio, el Museo del Juguete y en la misma carretera que conduce a la zona de las pinturas rupestres, a escasos 5 minutos andando del casco antiguo. Lo más destacado de este acogedor hotel es su parking que está vigilado durante las 24 horas del dÃa mediante cámaras y sinceramente, en AlbarracÃn es de agradecer poder aparcar en la puerta y no tener que cargar con los trastos por las interminables cuestas o escaleras de la ciudad.
Nosotros nos alojamos en la habitación nº 208 que tiene un cabecero realizado con piedra volcánica, además disponÃamos de un sofá y unas vistas impresionantes de las murallas de AlbarracÃn.
Por un poco más de dinero puedes coger el desayuno que consta de tostadas, embutido, zumo de naranja, leche, café y bollerÃa y lo mejor es que te lo sirven en la habitación a la hora que quieras.
Por lo demás, los dueños son muy amables, siempre están dispuestos a ayudarte con la organización de las visitas diarias a AlbarracÃn y todas las instalaciones están limpÃsimas, sin lugar a dudas volverÃa de nuevo.