Lucerna en sà misma sorprende. Tienes la sensación de estar en una moderna ciudad europea que no ha perdido un ápice de su tradición arquitectónica. El lago y los cisnes. Vida en la calle y paseos en barco.
Hermoso, en medio del lago, el Puente de la Capilla (año 1333), el más antiguo del mundo. La madera y sus retablos, con imágenes de la historia de Suiza y de la ciudad, se llevan la mayor parte de su protagonismo.
Las flores ponen la nota de color a esta obra de arte.