La ciudad de Verona fue absorbida por el gigantesco Imperio Austrohúngaro cuando Napoleón fue derrotado en la Batalla de Waterloo en el año 1815 por un contingente de tropas británicas, holandesas, alemanas y holandesas.
La restauración a manos de Austria decidió convertir Verona en una ciudad militar: la dotaron de arsenal y reforzaron la muralla véneta construyendo a su alrededor diversos fortines y torreones.
TodavÃa hoy se pueden visitar estas murallas constituyendo asà una fuente de riqueza arqueológica de los inicios de la época contemporánea.